Pocas cosas hay tan bonitas como un buceo en las Calas de Cabo de Palos entrando desde Cala Fría y saliendo doblando el Cabo por la Cala escalera. Es un largo recorrido, pero vamos con "quinces" y esperamos que nos quede aire para terminarlo. Es complicado porque de noche es fácil desorientarse, pero al haber poca profundidad no es determinante.
A medio buceo decidimos no terminarla, porque fue tal la abstracción, que decidimos relajarnos y disfrutar de el paisaje. La paz que sentimos fue infinita.
Buenos amigos, la luna llena y una noche increíble.
Nos encontramos un cigarrón increíble que divisó Fran, pulpos, brótolas, corvinas, anguilas, un par de congrios. Anémonas, ascidias y todo eso que suele estar esperándote por la noche.
Es mejor que ir a las discotecas, y ademas no deja resaca.
Os lo recomiendo.
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